Las modas son pasajeras y están basadas en gustos. Las costumbres perduran y tienen que ver con hábitos o formas de comportamiento. Te estarás preguntando a qué nos referimos si el título es sobre alimentos orgánicos. Pues bien, la respuesta es simple: el consumo de productos ecológicos u orgánicos, por diversas cuestiones, debería ser una costumbre. Y es a esto a lo que nos vamos a referir seguidamente.
¿Qué son los alimentos orgánicos?
Supón que un día cualquiera que sales a comprar, por ejemplo, manzanas rojas. Llegas a la tienda y encuentras la fruta en dos recipientes distintos: uno tiene un cartel que dice manzanas orgánicas, y el otro, no dice nada.
Ahora bien, tú no notas ninguna diferencia. De hecho, ambas tienen las mismas vitaminas, minerales, fibra, etc. Sin embargo, hay una característica que las hace bien distintas, que está relacionada a cómo se cultivan y procesan los productos orgánicos.
Los alimentos orgánicos proceden de una agricultura no convencional
En efecto, los alimentos orgánicos se obtienen a partir de una práctica que se llama agricultura orgánica. Así, cualquier producto que consumas habitualmente, puede provenir de este tipo de agricultura: frutas, verduras, lácteos o carnes. Pero, esta práctica es muy diferente a la tradicional.
Alimentos orgánicos: los objetivos de la producción orgánica
La agricultura orgánica tiene objetivos muy claros. Los cuales están relacionados con el cuidado del ambiente, una mejor calidad de vida y con la sustentabilidad. Estos son:
▪ Mejorar la calidad del suelo y del agua, a partir de una utilización saludable.
▪ Poder mejorar la diversidad biológica de todo el ecosistema.
▪ Minimizar o evitar la contaminación del aire, el agua y el suelo.
▪ Mantener la fertilidad del suelo a largo plazo.
▪ Aumentar la actividad biológica del suelo.
▪ Proporcionar lugares seguros y convenientes para la ganadería. Esto, para permitir su desarrollo en condiciones de comportamiento natural.
▪ Promover la auto-sustentabilidad de los agricultores.Esto es, que puedan obtener ellos mismos sus propios recursos.
▪ Practicar el reciclado de desechos de origen animal o vegetal; para reducir el uso de fuentes no renovables.
▪ Adaptar los sistemas de producción a las condiciones locales; esto se logra utilizando los métodos culturales, biológicos y mecánicos en oposición a todo lo sintético.
Los alimentos orgánicos: lo que hay que hacer y lo que no
Para lograr los objetivos que te enunciamos, los agricultores orgánicos deben adoptar ciertas prácticas y evitar otras (Mayo Clinic, 2020):
Lo que no está permitido
▪ Los fertilizantes sintéticos.
▪ El uso de los sedimentos de aguas residuales como fertilizante.
▪ Los plaguicidas para el control de insectos y enfermedades.
▪La irradiación como método de conservación o para eliminación de plagas o enfermedades.
▪ El uso de antibióticos u hormonas en la ganadería.
▪ Uso de material transgénico u organismos genéticamente modificados.
Lo que sí hay que hacer
▪ El uso de fertilizantes naturales (estiércol de ganado, residuos vegetales o compost).
▪ La rotación de cultivos.
▪ Cultivos de cobertura para disminuir o evitar la erosión.
▪ Control biológico de insectos.
▪ El mantillo para controlar las malezas.
▪ Plaguicidas naturales o, en su defecto, algunos sintéticos aprobados para producir alimentos orgánicos.
La producción de alimentos orgánicos reduce la huella ecológica
¿Sabías que según tu estilo de vida, puedes impactar negativamente sobre el ambiente? La huella ecológica es un indicador que mide la cantidad de emisiones de gases efecto invernadero que producimos. Se puede calcular a nivel personal, corporativo, regional, etc. (Ministerio del Medio Ambiente, s.f.).
Entonces, si decides consumir alimentos orgánicos, estás contribuyendo a la sostenibilidad ambiental. Se calcula que el espacio biológicamente productivo es de 2,1 hectáreas por habitante. Sin embargo, la huella ecológica actual es de 2,9 ha/hab. (Línea Verde, 2020).
Es decir, tomamos más de lo necesario y emitimos más de lo aconsejable.
¿Por qué es recomendable que consumas alimentos orgánicos?
Hay muchas razones que tienen que ver con nuestra salud que lo justifican. Al consumir alimentos orgánicos, ingieres menor cantidad de sustancias tóxicas, lo cual es bueno para nuestro organismo. Los productos químicos usados en la producción tradicional, están asociados a diferentes padecimientos (Zambrano, s.f.):
▪ Diferentes tipos de cáncer.
▪ Infertilidad, abortos y disfunciones sexuales.
▪ Labio leporino.
▪ Afectan negativamente el sistema inmunológico.
▪ Insuficiencia renal.
▪ Problemas a nivel cerebral.
▪ Envenenamientos voluntarios e involuntarios.
El efecto ambiental de consumir alimentos orgánicos
Los alimentos orgánicos, además de producirse en un ambiente natural más equilibrado, vienen en empaques biodegradables o reciclados. De este modo, no solo te beneficias tú, sino que contribuyes con el desarrollo sostenible (Zambrano, s.f.; Línea Verde, 2020).
¿En qué se diferencian los alimentos orgánicos de los no orgánicos?
Ya te mostramos cómo los alimentos orgánicos contribuyen al cuidado del ambiente; también cómo impactan sobre nuestra salud. No obstante, hay otras consideraciones de este tipo de alimentos que es bueno que consideres (Zambrano, s.f.; Mayo Clinic, 2020):
▪ Tienen un menor contenido de agua.
▪Poseen mayores cantidades de algunos minerales: hierro, magnesio, vitamina C y antioxidantes.
▪ El mayor contenido de vitamina C, potencia su efecto y el del ácido fólico.
▪ Son altamente nutritivos.
▪ Tiene mejor equilibrado el contenido de aminoácidos esenciales.
▪ Son más frescos y sabrosos.
▪ Los niveles de residuos tóxicos son muy bajos o inexistentes.
▪ Contribuyen a mantener el equilibrio bioquímico de nuestro organismo.
▪ Son más saludables.
▪ No dañan los ecosistemas.
¿Cómo identificas a los alimentos orgánicos? La certificación orgánica
Es evidente que tú, como consumidor o consumidora responsable, quieres tener seguridad acerca de si lo que compras son alimentos orgánicos. Entonces, para garantizarte de que los productos que eliges son alimentos orgánicos, existe lo que se conoce como “certificación” (Zambrano, s.f.).
La certificación te indica que esos productos son obtenidos de acuerdo a las normas y principios que guían la producción orgánica. Es requerida para participar con exclusividad en el mercado y fortalece el vínculo entre productor-consumidor (Soto, 2003).
Para concluir, te decimos que la demanda de alimentos orgánicos es creciente. Los consumidores, cada vez más responsables y conscientes, demandan calidad y al mismo tiempo inocuidad. Ambas, presentes en los alimentos orgánicos. ¿Eres uno de esos consumidores? Anímate a apostarle a la sostenibilidad a través del consumo de alimentos y productos tanto orgánicos como sostenibles.
Referencias Bibliográficas
Estévez, R. (2020). ¿Qué es la huella ecológica? Recuperado de
Línea Verde (2020). La Huella Ecológica. Guías de buenas prácticas sobre
medio ambiente. Hábitos de vida sostenible. Recuperado de http://www.lineaverdeceutatrace.com/lv/guias-buenas-practicas-ambientales/habitos-vida-sostenible/la-huella-ecologica.asp#
Mayo Clinic (2020). Alimentos orgánicos: ¿son más seguros? ¿Son más
nutritivos? Estilo de vida saludable. Nutrición y comida saludable. Recuperado de https://www.mayoclinic.org/es-es/healthy-lifestyle/nutrition-and-healthy-eating/in-depth/organic-food/art-20043880
Ministerio del Medio Ambiente (s.f.). Huella de carbono. Recuperado de
FAO. (2003). Memoria del Taller. Del 19 al 21 de mayo de 2003. Turrialba,
Costa Rica. Recuperado de http://www.fao.org/3/a-at738s.pdf
Soto, G. (2003). Agricultura Orgánica: una herramienta para el desarrollo rural.
Zambrano, P. (s.f.). Sistemas de producción ecológicos y eficientes. Agricultura
orgánica. Recuperado de https://agrotendencia.tv/agropedia/la-agricultura-organica/
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